Entre el humo y los minutos
se marchitan mis intenciones.
El duelo constante contra el reloj-ancla me aturde,
y escucho la calle baja.
Ahora me acuerdo de que respiro,
y el silencio tenebroso que un día construí con la huída
y el desequilibrio, vuelven al presente.
Es como perder la memoria sin olvidarla
y consumir carbón podrido sin ganas.
El calor llama a mi puerta
y lo recibo con una sonrisa a juego con una manta a modo de superhéroe.
Permítale decirle sr. YO,
es usted un mamarracho disfrazado.
se marchitan mis intenciones.
El duelo constante contra el reloj-ancla me aturde,
y escucho la calle baja.
Ahora me acuerdo de que respiro,
y el silencio tenebroso que un día construí con la huída
y el desequilibrio, vuelven al presente.
Es como perder la memoria sin olvidarla
y consumir carbón podrido sin ganas.
El calor llama a mi puerta
y lo recibo con una sonrisa a juego con una manta a modo de superhéroe.
Permítale decirle sr. YO,
es usted un mamarracho disfrazado.
me gusto
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